Extinción de la actividad

En la década de los ochenta, ni la incipiente mecanización de la producción de la cal ni la incuestionable calidad del producto, consiguieron evitar la desaparición del oficio de calcinero a las tierras de los Alforins.

Varios son los factores que se conjugaron para provocar su decadencia.

Se trataba de un trabajo que dependía de las condiciones meteorológicas y, de este modo, el calcinero no podía permitirse pagar el jornal de sus trabajadores  los días en que las condiciones impedían llevar a cabo el trabajo.

La aparición de grandes industrias de la cal , como la de Madrid, que eran capaces de producir mucha más cantidad con unos costes muy menores (y con una también muy menor calidad), también contribuyó a la desaparición del oficio de calcinero en nuestro pueblo.